Lava los espárragos, retírales la parte dura del tallo y córtalos por la mitad. Cuécelos en agua salada 3 o 4 minutos, escúrrelos y refréscalos con agua fría. Remoja las láminas de pasta en agua caliente siguiendo las instrucciones del envase; escúrrelas y extiéndelas sobre un paño de cocina.

Prepara la crema. Despunta el calabacín, lávalo y trocéalo. Pela la cebolla y pícala fina. Calienta el aceite en una sartén grande, añade la cebolla y sofríela 6 u 8 minutos. Agrega el calabacín y rehoga 3 o 4 minutos, removiendo. Vierte la leche y condimenta con sal, pimienta y nuez moscada. Tapa y prosigue la cocción 12 minutos más. Retira la preparación del fuego y tritura hasta que obtengas una crema homogénea. Precalienta el horno a 180o. Salpimienta los espárragos, úntalos con el aceite y repártelos sobre las láminas de pasta. Enróllalas y disponlas en una fuente refractaria. Cúbrelas con la crema de calabacín, espolvorea con el queso y hornea durante 10 minutos. Retira y sirve enseguida.